V1 Cuando Jesús descendió del monte, le siguió mucha gente. V2 En eso vino un leproso, que se postró ante él, y le dijo: "¡Señor, si tú quieres puedes limpiarme!" V3 Jesús extendió su mano, lo tocó, y le dijo: "¡Así lo quiero! ¡Sé limpio!" Y al instante quedó limpio de su lepra. V4 Entonces Jesús le dijo: "Mira, no lo digas a nadie. Pero ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio".*
Sana al siervo del centurión*
V5 Al entrar Jesús en Capernaum, vino un centurión, y le rogó: V6 "Señor, mi asistente yace en casa paralítico, gravemente atormentado". V7 Jesús respondió: "Bien, iré y lo sanaré". V8 Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Sólo di la palabra, y mi asistente sanará. V9 "Porque yo también, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes. Digo a éste: 'Ve', y va; y al otro: 'Ven', y viene; y a mi siervo: 'Has esto', y lo hace". V10 Cuando Jesús lo oyó, quedó admirado, y dijo a los que lo seguían: "Os aseguro que ni en Israel he hallado tanta fe. V11 "Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. V12 "Pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí será el llanto y el crujir de dientes". V13 Entonces Jesús dijo al centurión: "Ve, y como creíste te sea hecho". Y su asistente quedó sanado en esa misma hora.
La suegra de Pedro*
V14 Cuando Jesús fue a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama con fiebre. V15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Y ella se levantó, y empezó a servirle. V16 Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Y con la palabra echó los demonios, y sanó a todos los enfermos. V17 Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias".*
Requisitos para seguir a Jesús*
V18 Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó pasar a la otra orilla. V19 Entonces se acercó un escriba, y le dijo: "Maestro, te seguiré adondequiera que vayas". V20 Jesús le contesto: "Las zorras tiene cuevas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza". V21 Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". V22 Jesús respondió: "¡Sígueme! Y deja que los muertos entierren a sus muertos".
Jesus calma la tempestad*
V23 Después Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo siguieron. V24 Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar, que las olas cubrían la barca. Pero él dormía. V25 Entonces se le acercaron sus discípulos, lo despertaron, y le dijeron: "¡Señor, sálvanos, que perecemos!" V26 Y él replicó: "¿Por qué teméis, hombres de poca fe?" Entonces, se levantó, reprendió al viento y al mar; y vino una completa calma. V27 Y los hombres se maravillaron, y decían: ¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?"
Los endemoniados gadarenos*
V28 Cuando Jesús llegó a la otra ribera, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salieron de entre los sepulcros. Eran tan furiosos, que nadie podía pasar por aquel camino. V29 Y clamaron: "¿Qué tienes que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a torturarnos antes de tiempo?" V30 Lejos de ellos estaba paciendo un hato muchos cerdos. V31 Y los demonios le rogaron: "Si nos echas, permítenos ir a ese hato de cerdos". V32 Jesús les dijo: "Id". Y ellos salieron y entraron en los cerdos. Entonces todos los cerdos se lanzaron por un despeñadero al mar, y murieron en el agua. V33 Y los porqueros huyeron a la ciudad, y contaron todo, inclusive, lo que había pasado con los endemoniados. V34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús. Cuando lo vieron, le rogaron que se fuera de su región